Querida profesora:
Hoy me vais a permitir escribir en castellano porque el artículo está dedicado a una persona con la que me dirijo así.
En mi opinión estamos en crisis con la educación. Hay algo que no está funcionando bien y parece que es como el polvo que escondemos debajo de la alfombra. No lo vemos pero ahí está. Por supuesto en casa, pero la educación que se nos imparte en el colegio y en el instituto es clave para convertirnos en adultos funcionales en el futuro. Muchísimas cosas fallan que a mí se me escaparán, pero creo que no se pone en valor a los profesores que de verdad lo son por vocación. Y todos tenemos algún profesor en mente que nos ha marcado en nuestra vida. Dicho esto…
Yo era super mala estudiante, no aprendí a estudiar hasta 3º de carrera. ¿Qué cómo llegué hasta allí? Pues me imagino que con bastante cara y un poco de inteligencia que tenía de las dos. En la prueba de selectividad aprobé con un 5,0.
De la parte de científica no tenía ni pajolera idea, pero el inglés lo tenía muy controlado; sabía hacer comentarios de texto y tenía un poco clara de qué iba la guerra de Cuba.
Lengua castellana, valenciana e historia las aprobé porque sabía escribir.
Mi profesora de Lengua y Literatura del Instituto Leopoldo, Mercedes Rodriguez me enseñó. El otro día leí la noticia que se había jubilado y pensé: ¡qué pena!
A mí, Mercedes me dio una de las herramientas que más me ha marcado profesionalmente. Recuerdo que hace un par de años me envió un audio diciéndome que cada día escribía mejor los artículos. Pues bien, todo empezó con ella. Por eso estoy aquí desde hace no se cuántos años escribiendo en el Diariet. Y también gracias a esos primeros pasos escribí mi libro “¿Qué comer para comer bien?”. Ella presentó mi libro y a mí en las presentaciones tanto de La Sénia como de Vinaròs, fue un gran honor.
Pero eso no es todo. Mercedes me marcó mucho a nivel personal. Era muy buena profesora, pero además tenía empatía con nosotros, unos adolescentes medio atontados con las hormonas revolucionadas que pensábamos que todo nos pasaba a nosotros. Mercedes se ponía en tu lugar y te entendía. Te echaba la bronca cuando tocaba pero nos sentíamos arropados por ella. ¿Sabes el concepto de serie “casa”? Esa serie que te pones cuando te sientes un poco mal o el día había sido malo para verla y sentirte agusto y en casa. Pues Mercedes era “casa” en el Instituto.
Por eso me dio pena cuando vi que se jubilaba. Porque los alumnos se tendrán que buscar a una Mercedes que les entienda y acompañe en ese camino oscuro que es hacerse adulto con responsabilidades. Estoy segura que la mayoría de mis compañeros están de acuerdo conmigo.
Así que muchísimas gracias, Mercedes, porque en parte gracias a ti me he convertido en lo que soy, tanto profesional como personalmente.
Carla Escuder
Farmacéutica y Dietista-Nutricionista
(@nutriestudio_dietistas)