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Festividad de la Virgen del Carmen

Vinaròs recupera la procesión marítima, superadas las restricciones por la pandemia

E.Fonollosa – Fotos: Andrus

La “marinería” de Vinaròs recuperó plenamente el sábado 16 de julio la celebración de su patrona, la Virgen del Carmen, con una misa mayor en el interior de la lonja, presidida por el obispo de Tortosa Enrique Benavent y la procesión marítima, después de suspenderse esta fiesta durante los dos años anteriores, por la pandemia.
Profesionales en activo, jubilados y familiares del sector pesquero vivieron intensamente el día con las reinas, damas y cavallers de fiestas, autoridades y vecinos de la ciudad.
La misa fue cooficiada por los sacerdotes de las parroquias vinarocenses e intervino, como es tradicional, la coral García Julbe, dirigida por Enrique Melià. Tras acabar la misa con el cántico de la Salve Marinera, un total de 27 embarcaciones pesqueras y de recreo del puerto de Vinaròs salieron a la mar en la tradicional procesión marítima y en una soleada y muy calurosa mañana.
A bordo de la “barca nodriza”, “Aufimar” fueron el cabildo de la cofradía de pescadores, cuyo patrón mayor es Mateo Fresquet, reinas, damas y cavallers y autoridades, incluso el propio obispo.
No faltó la reducida flota de arrastre, aunque al ser periodo de veda de esta modalidad no todas las embarcaciones y tripulaciones estaban en disposición de intervenir. La procesión estuvo formada por las embarcaciones de arrastre y las de artes menores y barcas recreativas del Club Náutico Vinaròs.
El trompetista Antoni Barberá tocó varias piezas durante la misa y la procesión. Las reinas, damas y cavallers lanzaron sus ramos de flores al mar; en ese momento la barca “Aufimar” estaba rodeada por el resto de barcas, en una espectacular estampa marinera y festiva.
En los años anteriores, las barcas que llevaron la imagen de la patrona fueron Katambo; Hermanos Plomer Anglés, Germans Drago y Pauner y es que se mantiene la costumbre de no repetir la misma barca de un año a otro.
Como es costumbre también tras volver a puerto, la barca que llevaba a la Virgen del Carmen se detuvo en la bocana, para que pasaran ante ella rindiendo honores a la patrona todas las embarcaciones, mientras hacían sonar sus respectivas bocinas.
  Una vez en tierra, la imagen de la Virgen fue llevada a hombros por un grupo de marineros hasta la parroquia de Santa Magdalena, acompañada de la banda de tambores y bombos de los costaleros de la Cofradía de Sant Pere.