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Arribaron los vientos secos de otoño

Comenzaron a soplar durante varios días seguidos los aires típicos del noroeste por nuestro litoral, con la consiguiente bajada de temperaturas. Así, la flota pesquera se vio afectada, según modalidad. Las capturas no fueron muy variadas ni muy abundantes. Y las valoraciones en lonja bajaron un tanto para las especies mayoritarias, pues las escasas mantuvieron un precio estable.

Pescadores gerundenses desembarcando los emperadores


La pesca de arrastre, los siete bous lograron faenar las cuatro jornadas hábiles de esta semana, a pesar de los vendavales de mistral y en su mayoría lo hicieron por fondos medios. Los desembarcos fueron a base de langostino, gamba, calamar, pescadilla, salmonete, choquito, peluda, rape, caracol, galera, móllera, caballa, lisa, canana, pulpo blanco y morrallas.


El cerco, nuestras traíñas operan por aguas alicantinas tras el peix blau.
Los artes menores, las barquitas trasmalleras, seis calan las redes próximo a la costa en busca de sepia. Una lo hace al pagel, corva y jurela. Y tres al lenguado, rombo y raya.


El palangrillo costero, una barca atrapó con este arte de anzuelos lubina, dorada, pargo y sargo.
La recolecta de pulpo roquero con cudufo, tras barcos (1 de Benicarló) subastaron piezas de 1 a 4 kg.
Y la marrajera, entre uno de Blanes (G) y otro de Carboneras (M) desembarcaron 4.000 kg de pez espada.

Ecos de mar; Menguó la crecida de la ola de transporte

Hace seis meses creció la demanda del comercio marítimo de mercancías, etc., tras casi dos años moderados por el coronavirus. Los fletes (costes económicos de lo transportado) se han disparado ante el aumento de pedidos, así las grandes navieras internacionales tuvieron que activar a todos sus buques mercantes junto a los servicios portuarios de carga y descarga. Bien es verdad, que cuando se ralentizó el comercio mundial por la pandemia, muchas fábricas de componentes básicos, de materias primas, chips, etc. bajaron el nivel de productividad, y ahora, ante la reactivación, al querer producir para complacer las demandas mundiales, se ha roto la cadena de suministro para elaborar, en especial, equipos electrónicos que son esenciales para confeccionar otros aparatos, máquinas, coches, etc. Claro está que el retraso en el suministro a destino no es culpa de los armadores de barcos que lo tienen que llevar, ya que la mayoría de productos finales aún no están terminados para el mercado.En estos momentos hay alamcenes y muelles repletos de contenedores a la espera de rellenarlos y luego transportarlos, producíéndose un desabastecimiento y no por culpa de la vía marítima