Siempre me alegra asistir y celebrar esta festividad, más si cabe, recordando los años que fui a Lourdes como “brancadier”, y del cariño y devoción que le tenemos a la virgen de Lourdes.
En nuestra localidad lo celebramos el domingo pasado día 12 de este mes de febrero. Recordemos que la fiesta de la virgen de Lourdes, fue un día anterior, el día 11 del presente mes.
Los actos organizados por la “Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes” de nuestra ciudad, consistieron en una misa a las 19 horas en la iglesia Arciprestal de La Asunción. Fue oficiada por mossèn Maxi, vicario de la parroquia.
Finalizada la misma, mossèn Emilio Vinaixa, párroco de la Arciprestal, organizó la clásica “procesión de las antorchas” imitando la precesión nocturna de Lourdes. Saliendo del presbiterio de la iglesia por la “puerta plateresca”, nos dirigimos por la plaza parroquial hasta entrar por la puerta principal de la iglesia. Mossèn Emilio portaba en “Santísimo” en la custodia. Dentro y fuera de la iglesia se cantó el himno a la virgen de Lourdes. Fueron momentos emocionantes.
De todas formas, el momento, al menos para mí más emocionante, fue la la bendición con el “Santísimo” para sobre todo, los enfermos, la Hospitalidad de Ntra. Sra. de Lourdes de Vinaròs, y para todos los presentes, los cuales en gran cantidad asistieron al acto.
Hagamos un poco de historia de la celebración:
“El 11 de febrero de 1858, tres niñas, Bernadette Soubirous, de 14 años, su hermana Marie Toinete, de 11 y su amiga Jeanne Abadie, de 12 salieron de su casa en Lourdes para recoger leña. Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernadette escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas, para luego desaparecer.
Por un período de cinco meses, la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero la Virgen sólo se le aparecía a la niña. En reiteradas ocasiones, Bernadette fue víctima de desprecios y burlas por parte de las autoridades eclesiales y civiles de pueblo, pero la niña se mantuvo firme en su fe mariana sobre todo en el especial pedido que la Virgen le había encargado: la construcción de una capilla sobre la gruta y la realización de una procesión.
Luego de la última aparición ocurrida en 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, Bernadette ingresó a la orden religiosa de las hermanas enfermeras, a la edad de 22 años, y permaneció allí hasta su muerte a los 34 años de edad”.
Hay que decir, que a la virgen de Lourdes como medianera, se le adjudican supongo ya, mas de mil casos de curaciones “raras”, lo que decimos milagros. En mi familia lo pudimos comprobar con la curación de mi madre, tras un viaje a la localidad de Lourdes.
Hasta el próximo año S.D.Q.
Salvador Quinzá Macip